Valentina o la serenidad, el segundo largometraje de Ángeles Cruz. Sin duda es una de las mejores películas mexicanas realizadas en los últimos años.
La cineasta, conocida por su sensibilidad y compromiso con la representación de las comunidades, nos regala una obra que es un verdadero apapacho al corazón, donde el duelo, la pérdida y la resiliencia se entrelazan en un relato conmovedor y profundamente humano.
Valentina o la Serenidad: Un Relato de Duelo y Esperanza
Sinópsis: Valentina o la serenidad
Valentina ha perdido a su padre en un trágico accidente en el río. Incapaz de entender lo que ha sucedido y temerosa de aceptar la posibilidad de no volver a verlo.
La pequeña Valentina se embarca en un viaje interior donde su imaginación se convierte en su única guía para enfrentar esta dolorosa e inesperada pérdida.
En su segundo largometraje, la cineasta oaxaqueña Ángeles Cruz ofrece un profundo ensayo sobre el duelo, la pérdida y la resiliencia en la infancia de su comunidad, continuando con su incansable activismo en defensa de la identidad cultural, la lucha por la tierra y la preservación de las tradiciones de las comunidades indígenas.
Incapaz de entender la muerte, Valentina se sumerge en un viaje de autodescubrimiento, guiada por su imaginación, mientras busca respuestas en la naturaleza que la rodea.
La película no solo explora el proceso de duelo de una niña, sino también las formas en que su comunidad enfrenta la ausencia y la muerte, en un entorno rural profundamente conectado con la tierra y sus tradiciones.
El magnífico trabajo de Ángeles Cruz
Ángeles Cruz ha logrado crear un universo cinematográfico que refleja su activismo en defensa de la identidad cultural y la preservación de las tradiciones de las comunidades indígenas.
Su capacidad para retratar el dolor y la resiliencia con una mirada tan íntima y respetuosa hace de Valentina o la serenidad una experiencia cinematográfica única.
Con una fotografía que capta la belleza y la textura del entorno natural, y un guion que toca el alma, esta película se destaca por su delicadeza y profundidad.
El elenco, encabezado por Danae Ahuja Aparicio Alexander Gadiel Mendoza Sánchez como Pedro, ofrece actuaciones que son el corazón de la película.
La dirección de fotografía a cargo de Carlos Correa, junto con la música original de Alejandra Hernández y Rubén Luengas, complementan la visión artística de Cruz, creando una obra que es tanto un tributo a su comunidad como una exploración universal de la pérdida.
Valentina o la serenidad es un testimonio del talento y la sensibilidad de Ángeles Cruz, cuya filmografía sigue creciendo con historias que tocan lo más profundo del ser humano. Su trabajo, que comenzó con cortometrajes premiados como La Tiricia o cómo curar la tristeza y Arcángel, se consolida con este largometraje, confirmándola como una de las directoras más importantes del cine mexicano contemporáneo.
